De acuerdo con el comité organizador, desde mañana y hasta diciembre próximo miles de atletas, entrenadores, técnicos y otros trabajadores en el certamen laborarán a tiempo completo en sedes ubicadas en esta capital, su distrito periférico Yanqing y la ciudad de Zhangjiakou para comprobar la seguridad y condiciones de cada sitio.
Se trata de un ensayo a gran escala de la infraestructura y aparte de chequear las distintas funciones de esos lugares, se centrará en supervisar servicios como los controles de inmigración y de salud.
Este simulacro es mayor al realizado en abril último y que se extendió solo por 10 días en cinco instalaciones.
China está casi lista para celebrar los 24 juegos invernales en Beijing, única ciudad del mundo en ser anfitriona de ambas variantes de las competencias, tras la de verano en 2008.
La semana anterior actualizó al Comité Olímpico Internacional sobre el mecanismo que conforma para garantizar el éxito y seguridad de la cita, aunque persista la pandemia de Covid-19.
El plan acepta las vacunas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud e incluye el establecimiento de un sistema de gestión de circuito cerrado de enero a marzo próximo en las zonas relacionadas con el evento, ya sea de transporte, alojamiento, gastronomía, competencias y galas de inauguración y clausura.
Ello significará que los asistentes tendrán pruebas PCR cada día, solo podrán moverse dentro de la burbuja olímpica y en vehículos específicos.
Respecto al público, la venta de entradas será exclusiva a residentes en la parte continental de China que pasen los requisitos de salud contra la Covid-19.
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