El proceso involucra a miles de atletas, entrenadores, técnicos y otros trabajadores del certamen, y hasta diciembre laborarán a tiempo completo en las sedes ubicadas en esta capital, su distrito periférico Yanqing y la ciudad de Zhangjiakou.
Aparte de chequear las distintas funciones de esos lugares, el ensayo también se centrará en el desarrollo de servicios como los controles de inmigración y salud.
Este simulacro es superior al realizado en abril último, el cual se extendió solo por 10 días en cinco instalaciones.
China está casi lista para celebrar en 2022 las Olimpiadas y Paralimpiadas Invernales en Beijing, única ciudad del mundo en ser anfitriona de ambas variantes de las competencias, tras la de verano en 2008.
La semana anterior la nación asiática actualizó al Comité Olímpico Internacional sobre el mecanismo creado para garantizar el éxito y seguridad de la cita, aunque persista la pandemia de Covid-19.
El plan acepta las vacunas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud e incluye el establecimiento de un sistema de gestión de circuito cerrado de enero a marzo próximo en las zonas relacionadas con el evento, ya sea de transporte, alojamiento, gastronomía, competencias y galas de inauguración y clausura.
Ello significará que los asistentes serán sometidos a pruebas PCR cada día, solo podrán moverse dentro de la burbuja olímpica y en vehículos específicos.
Respecto al público, la venta de entradas será exclusiva a residentes en la parte continental de China que pasen los requisitos de salud contra la Covid-19.
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