El canciller zimbabwense, Sibusiso Moyo, describió la visita como evidencia de «la asociación integral estratégica» entre ambos países.
Los antiguos lazos de África con China aumentaron en 2003, cuando Beijing adoptó una política de «mirar hacia el este» después de que varios países occidentales le impusieran sanciones.
Desde entonces, China se ha convertido en la mayor fuente de inversión extranjera directa en algunas naciones de la región, y específicamente tiene vínculos con el ejército de Zimbabwe, incluida la construcción de una universidad militar en las afueras de esa capital.
China también apoyará la construcción de un nuevo edificio del Parlamento, que se estima costará más de 100 millones de dólares, sin descuidar la asistencia humanitaria, traducida en donaciones de arroz y otros alimentos, así como asistencia técnica durante desastres naturales.
China ha invertido miles de millones de dólares en grandes proyectos de construcción en África, como carreteras, ferrocarriles y estadios.
En su actual gira por África, Wang ya visitó Egipto, donde prometió ayudar al país a combatir la violencia extremista y hacer crecer su economía, y Djibouti, geográficamente estratégico en el problemático Cuerno de África.
Asimismo, en Eritrea se comprometió a apoyar un proyecto para construir carreteras en el país, que está aislado en gran medida del resto del mundo.
Tras abandonar Zimbabwe Wang también visitará Burundi, beneficiario de la asistencia china en áreas como la educación, energía y agricultura, y la construcción de una nueva casa estatal.
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