Según el texto, el verdadero jefe del proyecto autoritario es Bolsonaro y todo el mundo lo sabe desde siempre.
La víspera, el mandatario ultraderechista expulsó de su gobierno a Alvim, secretario de Cultura, ante el escándalo desatado por un discurso en el que parafraseó a Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi.
«Comunico la desvinculación de Roberto Alvim de la Secretaría de Cultura por un pronunciamiento infeliz que tornó insostenible su permanencia», indicó el gobernante en una nota oficial.
Tal audiovisual generó fuertes críticas de autoridades gubernamentales, líderes de la oposición, intelectuales y casi toda la sociedad brasileña.
«El arte brasileño de la próxima década será heroico y será nacional, estará dotado de gran capacidad de involucramiento emocional, y será igualmente imperativo (…) o no será nada», afirmó el funcionario al anunciar los lineamientos del Premio Nacional de las Artes.
En mayo 1933 Goebbels dijo: «el arte alemán de la próxima década será heroico, será férreamente romántico, será objetivo y libre de sentimientos, será nacional (…) e imperativo o no será nada».
Ante los cuestionamientos, Alvim rechazó un supuesto plagio, pero admitió que compartía las ideas de la arenga del ideólogo nazi.
Para Estado de Sao Paulo, «no son perturbadores, y pierden el tiempo los que creen en la posibilidad de que, con el tiempo, Bolsonaro modere su comportamiento».
Precisa el artículo que el asesor que se inspiró en Goebbels para anunciar el «renacimiento de la cultura nacional» solo fue exonerado porque hubo un clamor generalizado ante tal absurdo.
Nueve veces fuera del plagio nazi, el contenido del discurso que le costó a tal secretario su trabajo es esencialmente lo que Bolsonaro ha dicho y repetido innumerables veces, incluso antes de las elecciones, añade el escrito.
Por lo tanto, subraya el editorial, «nadie puede decir que está sorprendido, ni siquiera los votantes más ingenuos. Bolsonaro es Bolsonaro desde hace mucho tiempo».
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