Acusada de pertenecer al Estado Islámico, la fémina de 29 años y origen paquistaní pasó, inmediatamente, a disposición policial a su llegada a este país nórdico, confirmó el Servicio de Seguridad.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, uno de sus hijos, de cinco años, está hospitalizado porque se encuentra muy enfermo, razón humanitaria por la que el Ejecutivo decidió traerla.
La repatriación supuso un punto de fricción entre la coalición por la negativa del derechista Partido del Progreso, que amenazó con abandonar la alianza, bajo el argumento de poner en riesgo la seguridad.
La primera ministra, Erna Solberg, deberá negociar con la líder de esa formación, Siv Jensen, nuevos términos de coalición para garantizar la permanencia del partido, pues la salida de esa segunda fuerza dejaría al Ejecutivo en minoría frente a la oposición.
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