Indicó que la propuesta presentada el martes en Washington por el presidente Donald Trump, junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dejó a los palestinos en shock, podría aumentar las hostilidades y de aprobarse implicaría una Palestina hiperfragmentada.
El jefe de Unrwa recordó que todo acuerdo de paz debe ser negociado entre las partes, ha de cumplir las leyes internacionales, las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea de la ONU.
Saunders indicó que un posible plan para ponerle fin al conflicto debe alinearse con una solución de dos estados, teniendo en cuenta las fronteras previas a 1967.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó esta semana que la propuesta estadounidense no servirá para la paz, además de que legitima la ocupación israelí y no tiene en cuenta ni las demandas ni los derechos de la población palestina.
Erdogan subrayó que el plan de entregar Jerusalén a Israel “no es de ninguna manera aceptable” porque anula todos los derechos de los palestinos.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, manifestó que el plan de Trump genera preguntas y debe ser analizado por la Unión Europea (UE).
Maas apuntó que en particular revisarán la implicación de las partes del conflicto en el proceso de negociaciones, así como la relación de esta iniciativa con los parámetros y las posturas legales reconocidas a nivel internacional.
La UE se ha manifestado en contra de la política de asentamientos de Israel, incluyendo Jerusalén Este, que considera “ilegal bajo la ley internacional y un obstáculo para la paz”.
La ONU, junto a otros organismos internacionales y un número importante de países, consideran a Jerusalén Este como un territorio palestino ocupado.
En diciembre de 2017, la Asamblea General rechazó el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital israelí, ciudad que también es reclamada como capital política por Palestina.
Unrwa pidió a la comunidad internacional para este año donaciones por valor de mil 400 millones de dólares con el fin de ayudar a 5,6 millones de refugiados palestinos, incluidos aquellos desplazados en Líbano, Jordania y Siria.
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