Una comunicación de los mandos militares de la nación árabe expone que ni norteamericanos ni otras fuerzas extranjeras deben usar como pretexto la acción reciente para una respuesta sin autorización oficial.
También demandó de las tropas extranjeras que se apeguen a una resolución parlamentaria que los invita a la retirada.
Sobre una investigación por la redada aérea de la víspera, la nota explica que encontraron siete lanzadores y 24 cohetes preparados para otros ataques.
Según confirma el reporte, este sábado lanzaron una andanada de 33 proyectiles Katyusha contra la base de Taji, que alberga a tropas de una coalición internacional militar liderada por Estados Unidos.
Fue el vigésimo tercer ataque desde finales de octubre a instalaciones donde radican tropas y diplomáticos estadounidenses.
Hasta ahora ninguna organización o grupo se adjudicó esas acciones, aunque el Pentágono sin prueba alguna se los atribuye a las Unidades de Movilización Popular o Hashad al Shaabi, una red de milicias que forma parte del Ejército iraquí.
El bombardeo de este sábado ocurre tres días después de uno similar como resultado del cual murieron dos soldados norteamericanos y uno británico.
Estados Unidos respondió el viernes último con ataques aéreos contra posiciones de Kataeb Hizbulah, de las Hashad al Shaabi, del Ejército iraquí y de la policía de la región de Babilonia.
Al menos cinco miembros de las fuerzas de seguridad de Iraq y un civil murieron en esa acción del Pentágono, refiere el reporte de los militares iraquíes.
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