El protocolo suscrito por el primer ministro, Giuseppe Conte, la titular del Interior, Luciana Lamorgese, y el presidente de la CEI, cardenal Gualtierio Bassetti, establece la obligación de respetar las medidas aplicadas en todo el país para contener la epidemia de la Covid-19.
En ese sentido, prevé que en el acceso individual a los lugares de culto se debe respetar la distancia de al menos un metro entre asistentes, además de evitar aglomeraciones y el ingreso de personas con síntomas de gripe, problemas respiratorios o temperatura corporal igual o superior a 37,5 grados centígrados.
Lo pactado incluye, además, detalles sobre aspectos relacionados con la higienización de los lugares y utensilios empleados en las celebraciones, así como el establecimiento de mecanismos para comunicar las regulaciones a quienes participen en ellas.
“El protocolo es fruto de una profunda colaboración y sinergia entre el gobierno, el Comité Técnico-Científico y la CEI, donde cada uno hizo su parte con responsabilidad”, indicó Bassetti, según un comunicado difundido por el ente representativo de los obispos católicos italianos.
Por su parte, Conte dijo que las medidas de seguridad previstas en el texto expresan los contenidos y las modalidades más idóneas para garantizar que la reanudación de las celebraciones litúrgicas con el pueblo se realicen en un modo más seguro.
Este acuerdo se logró tras las negociaciones emprendidas a raíz de las críticas de la CEI al decreto gubernamental sobre la segunda fase de la gestión de la epidemia a partir del 4 de mayo, en el cual se mantuvo la prohibición al acceso del público a las celebraciones litúrgicas.
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