Los extitulares de las administraciones de José Sarney (1985-90), Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) y Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) aseguran que Bolsonaro resulta «inmune al sufrimiento humano y pone en riesgo a la población al estimular las aglomeraciones», en medio de la pandemia de Covid-19.
Además, por supuesto, de promover «un país del continente con enorme desigualdad social y concentración de ingresos, un sistema de salud debilitado por los recortes y techos presupuestarios».
El momento es grave, refieren los firmantes de la nota e indican que «es hora de poner fin al desgobierno. Hoy es necesario hablar con todos los brasileños, nuestra población multiétnica, multirracial, con diversidad cultural y diferentes opiniones políticas, 210 millones de ciudadanos».
Apunta el texto que «en 2019 fuimos testigos del desmantelamiento de las instituciones y estructuras estatales en nombre de los alineamientos ideológicos y las guerras culturales».
Desde febrero, prosigue, «con la llegada de la pandemia a nuestro territorio, el gran desmantelamiento se sumó a los ataques al orden constitucional, la democracia y el Estado de Derecho. No se pueden trivializar, y mucho menos naturalizar».
Los exministros insisten en que «Bolsonaro ha manifestado una notoria despreocupación por los brasileños, por el riesgo de aglomeraciones que estimula, por la vuelta prematura al trabajo, por un sistema de salud que se derrumba a los ojos de todos e incluso por el número de muertes por la Covid-19 (se acerca a las 17 mil)».
Según el escrito multipartidario y plural, el excapitán del Ejército deja de gobernar para dedicarse a la exhibición diaria de su triste figura, en pantomimas familiares y ensayos de golpes de Estado.
«Preocupado por el mañana y bajo el peso del dolor, Brasil necesita un gobierno que coordine los esfuerzos para superar la crisis, empezando por escuchar la voz que viene de los hogares, de las personas que sufren en todas partes», subraya finalmente el mensaje.
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