Un estudio sobre movilidad realizado por ese centro junto con la Universidad de Stanford, señala que en el caso de la capital, la medida de confinamiento total en todas sus comunas (municipios) solo se ha cumplido de forma “moderada” desde que se implantó el 15 de mayo.
Apunta que desde principios de marzo, cuando comenzaron las cuarentenas totales en algunas comunas los niveles de movilidad siguieron altos en general, pero con una diferencia importante entre los territorios de altos y menores ingresos.
Explica que mientras en comunas ricas como Las Condes y Vitacura la movilidad se redujo a la mitad, en El Bosque, La Pintana y Puente Alto, habitadas fundamentalmente por familias de bajos ingresos sólo disminuyó en 30 por ciento.
El estudio se basó en datos estadísticos mediante el análisis de los viajes que realizan los habitantes de la región Metropolitana en días y horarios laborales, para así observar si existe una disminución en la salida de una comuna a otra.
Se comprobó que desde el 15 de mayo, cuando comenzó el confinamiento total en la urbe, se aprecia “una disminución adicional en la movilidad en todas las comunas”, que se manifiesta incluso para comunas que ya estaban bajo régimen de cuarentena”, pero a pesar de ello en varias comunas la reducción total no supera el 30-35 por ciento.
El estudio concluye que la diferencia se vincula con factores socioeconómicos y el incumplimiento de la medida obedece a la falta de comprensión de la población de la gravedad de la crisis sanitaria, información inadecuada por las autoridades, o falta de apoyo desde el gobierno a las poblaciones vulnerables.
Al respecto puntualiza que «es indispensable que, al aplicar las cuarentenas en comunas de menores niveles socioeconómicos, el gobierno las complemente con herramientas que apoyen a sus habitantes y provea de recursos para cubrir necesidades urgentes».
El informe ratifica así las denuncias de alcaldes, partidos de oposición y organizaciones sociales sobre la importancia de brindar a las familias más necesitadas una ayuda material suficiente para que no se vean en la obligación de salir de sus casas.
Miles de ciudadanos dependen de lo que ganan diariamente por su trabajo, muchas veces informal, por lo cual no reciben las ayudas anunciadas por las autoridades y se ven frente a una dura disyuntiva: salir a buscarse el sustento a riesgo de contagiarse con la Covid-19 o quedarse en la casa padeciendo todo tipo de necesidades incluso hambre.
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