Estados Generales sobre la Economía se denomina el proceso de consultas que iniciará mañana el jefe de gobierno con representantes de diferentes sectores y “mentes brillantes” del país e invitados internacionales, como él mismo anunció hace poco más de una semana.
Entre las personalidades que asistirán a la jornada inaugural del evento están la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y el Comisario para la Economía, Paolo Gentiloni, mientras intervendrán por videoconferencia otras personalidades como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
El objetivo es diseñar un proyecto con visión de futuro compartido “con las mejores fuerzas del país”, como las definió Conte, a partir de los ingentes recursos financieros, propios y de la cooperación europea, con los cuales podrá contar Italia para sanar las heridas causadas por la epidemia y proyectarse hacia el futuro.
Aunque la idea inicial fue tomar como base de la reflexión el informe preparado por un grupo de expertos en los ámbitos económico y social, después de críticas provenientes de varios sectores al documento el gobierno lo consideró una contribución importante, aunque no necesariamente guía para el debate.
En su lugar, el ejecutivo presentará a sus interlocutores una propuesta elaborada en encuentros preparatorios sostenidos por Conte con otros miembros del gabinete ministerial y representantes de la mayoría parlamentaria gubernamental.
Digitalización de la sociedad, realización de obras de infraestructura, inversiones, simplificación de procedimientos, lucha contra la burocracia, reforma fiscal, salud, educación y bienestar social, entre otros, forman parte de los temas incluidos en el plan hasta 2023 cuando finalice el mandato de la actual legislatura.
Los primeros en participar en los encuentros previstos hasta el próximo día 21 en la histórica mansión oficial de Casino del Bel Respiro, en el parque de Villa Doria Pamhili, debían ser los exponentes de los partidos opositores de derecha La Liga, Hermanos de Italia y Fuerza Italia, los cuales rechazaron la invitación.
Las tres agrupaciones expresaron su disposición a dialogar con el gobierno, pero sólo en lo que consideran ocasiones y espacios institucionales, al tiempo que el líder de La Liga, Matteo Salvini, calificó la iniciativa como “un desfile de vanidades a favor de las cámaras de televisión organizado por Conte”.
A las motivaciones de la consulta, más allá de la búsqueda del consenso y el diálogo con actores sociales, se refirieron analistas como el exdiputado y politólogo de la Universidad de Bolonia, Carlo Galli, quien indicó que “existe un vínculo directo entre la debilidad del gobierno” y la idea del evento.
En declaraciones a Radio Popular, Galli dijo que con este movimiento Conte trata de encontrar un espacio político el cual está perdiendo como consecuencia del retroceso experimentado por el Movimiento 5 Estrellas (M5E) que lo promovió a los planos estelares del escenario político nacional.
Para Conte, indicó, es vital encontrar un espacio intermedio y este asunto de los Estados Generales responde evidentemente a esa exigencia, más que a la economía, donde se desconoce aún la existencia, el monto y modalidades de eventuales ayudas europeas.
Jurista de profesión y sin actividad partidista previa, el primer ministro encabezó a instancias del M5E el gobierno formado por esa organización y la derechista Liga desde junio de 2018 hasta agosto de 2019, período en el cual actuó como mediador entre dos fuerzas políticas rivales aliadas coyunturalmente.
Con ese aval se estrenó, inmediatamente después, al frente del actual ejecutivo apoyado por el M5E, el Partido Democrático, Libres e Iguales e Italia Viva, otra coalición heterogénea de fuerzas surgida entonces para evitar la realización de elecciones anticipadas y un eventual triunfo de la derecha.
A pesar de los estragos causados por la Covid-19, tanto Conte como su equipo de gobierno están saliendo airosos de la prueba a la cual fueron sometidos por la emergencia, con altos índices de aceptación según las encuestas.
Sin embargo, con el retorno gradual a una relativa normalidad, la realidad política italiana vuelve al punto donde se encontraba a principios de año, con un gobierno frágil y minado por el permanente forcejeo entre las fuerzas que lo sostienen.
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