Al referirse al escueto comunicado emitido aquí, la diócesis de Rapid City, en el estado de Minnesota, confirmó la renuncia y la atribuyó a una notificación recibida sobre abuso sexual a un menor a principios de la década de 1980 cometido por el obispo designado el siete de agosto último.
Tras precisar que la diócesis de Rapid City no tiene otras acusaciones de abuso sexual contra Mulloy, esa instancia de la iglesia católica estadounidense señaló que “está firmemente comprometida con crear y mantener el ambiente más seguro posible para nuestros niños y jóvenes”.
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