El repunte de los precios durante el verano se produjo después que los estados reabrieron sus economías a pesar de la pandemia de Covid-19 en la nación norteña, donde se reportan más de seis millones de casos.
El informe gubernamental precisa que los precios de los vehículos usados subieron un 5,4 por ciento, como consecuencia de la poca disponibilidad de autos nuevos producto del cierre de las fábricas por la pandemia y por la necesidad de evitar el contagio en el transporte público.
De igual forma, entre los costos que aumentaron se encuentran los de la gasolina, la vivienda y la ropa, aunque el valor de los alimentos cayó un 0,1 por ciento, segundo descenso mensual consecutivo luego de que a inicios de año la demanda de esos productos creciera debido al confinamiento.
Aunque para los bolsillos de los ciudadanos el alza de precios no es favorable, los economistas lo interpretan como una buena señal, porque refleja el crecimiento de la demanda de bienes y servicios.
Sin embargo, el desempleo es un freno para la economía y ya son más 30 millones los solicitantes de subsidios por falta de trabajo en el territorio estadounidense.
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