Pronósticos del Ministerio de Economía dan cuenta que el 60 por ciento de la población vivirá por debajo de la línea de pobreza para fines de año. El colapso de la moneda nacional, depreciada en 80 por ciento, derivó en la inaccesibilidad de lo básico para quienes no poseen dólares, 90 de cada 100 libaneses.
Hasta ahora, los medicamentos reciben una protección del Banco Central (Banque du Liban) que concedió a los importadores precios preferenciales a la tarifa oficial de mil 507,5 libras libanesas por unidad, mientras en el mercado negro se cotiza a más de ocho mil 500.
Si bien la Administración Central de Estadísticas calculó la inflación interanual en 120 por ciento en agosto pasado, las medicinas solo aumentaron en 1,4 por ciento durante ese período.
Pero el gobernador de Banque du Liban, Riad Salameh, anunció que no hay reservas de divisas para continuar más allá de dos o tres meses cuando más. Al eliminar los subsidios, los medicamentos se dispararán, vaticinan los observadores.
El jefe del Sindicato de Importadores de Productos Farmacéuticos, Karim Gebara, alertó que ante esas predicciones se registra acaparamiento, en particular los medicamentos destinados a tratamiento de enfermedades crónicas.
Con la escasez que se avecina, Rita el-Khoury, propietaria de una farmacia, enfrenta la disyuntiva de vender sus menguantes suministros a crédito para clientes antiguos u obtener dinero inmediato con los nuevos.
“Noté que el acaparamiento comenzó hace un mes o dos. Ahora estamos en un punto en el que nos estamos quedando sin ellos”, asegura Khoury, de 35 años de edad, dueña de la farmacia desde hace casi una década.
“La gente empezó a exigir paquetes para dos o tres meses adicionales de medicamentos en lugar de uno”, apuntó.
Los principales artículos adquiridos en los últimos tiempos se destinan a atenuar dolencias como la diabetes, el colesterol y la presión arterial.
El Sindicato comenzó a notar el aumento de la demanda a principios de septiembre. “Solíamos tener tres meses en nuestros almacenes, pero ahora se redujo a uno solo”, apuntó Gevara.
Desde entonces, los médicos prescriben medicinas por un mes.
Para empeorar las cosas, el jefe del gremio de importadores explicó que los suministros empezaron a agotarse, porque el Banco Central retuvo los dólares subsidiados disponibles para los importadores.
Los pagos en promedio demoran dos meses en procesarse para un retraso en los envíos y agotamiento de las existencias en las farmacias.
Khoury dice que ahora espera hasta 10 días para la entrega de sus pedidos cuando antes demoraba unos dos.
“Hay un retraso en los pagos porque tenemos miles de expedientes para procesar. Necesitamos realizar verificaciones para cada factura”, dijo una fuente del Banque du Liban que pidió mantener el anonimato.
Cuánto tiempo puede durar la situación es una pregunta en la mente de todos.
El Líbano ya no recibe el nivel de las remesas que mantuvo a flote su economía durante años y produce muy poco para la exportación.
Los subsidios a las importaciones de medicamentos, trigo, combustible, una canasta de alrededor de 200 bienes de consumo básicos y materias primas para la agricultura y la industria, son responsables de un desangre de 10 mil millones de dólares en las reservas durante lo que va de año.
Según un balance del Banco Central hasta el 30 de septiembre último, el país dispone de 20,9 mil millones de activos extranjeros, incluidos 17,5 mil millones intocables porque pertenecen a ahorristas privados.
“Es insostenible mantener subsidios sobre el combustible, el trigo y las medicinas sin generar divisas”, aseguró Mike Azar, exprofesor de finanzas de Johns Hopkins.
“Las reservas empezaron a caer hace un año. Esto no debería sorprender a nadie; este iba a ser el resultado final”, acotó.
De acuerdo con Azar, son tantas crisis al mismo tiempo que no hay una solución a la vista. “Es una catástrofe”, puntualizó.
arb/arc
*Corresponsal de Prensa Latina en El Líbano