Según cifras oficiales, dos mil 188 ciudadanos subsaharianos y magrebíes arribaron entre sábado y domingo a Gran Canaria, Tenerife y El Hierro en 58 pateras (embarcaciones rudimentarias).
Se trata de un flujo migratorio sin precedentes, equivalente al que se vivió durante la conocida como crisis de los cayucos, ocurrida entre 2006 y 2008.
Los dos millares de indocumentados socorridos este fin de semana por la Guardia Civil y Salvamento Marítimo superan el récord anterior en esta nueva ola de inmigrantes a Canarias, que se registró hace un mes, cuando se contabilizaron más de mil en 48 horas.
De acuerdo con el más reciente reporte del Ministerio del Interior, al cierre de octubre 11 mil 409 ciudadanos procedentes de África llegaron a las islas Canarias, frente a los mil 493 contabilizados en igual período de 2019, un incremento interanual del 664 por ciento.
No obstante, las cifras de sábado y domingo impulsan el balance global del año al entorno de las 15 mil personas.
Esta travesía es especialmente larga y peligrosa, por su exposición a las corrientes oceánicas del Atlántico.
Para numerosas organizaciones no gubernamentales, la ruta de las Canarias se volvió más transitada debido al reforzamiento de la vigilancia en el mar Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar, principales vías usadas por la migración para alcanzar España.
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