Formado por las palabras corona, que alude al coronavirus, y skam, que significa vergüenza o humillación, el término da nombre a quienes adoptan una conducta de vida normal violentando las recomendaciones de las autoridades.
Coronaskam es una especie de marca que señala a este tipo de personas no gratas por la mayoría de los ciudadanos en la nación europea, la cual impulsa restricciones para frenar los efectos negativos de la crisis sanitaria.
Otros países también han incorporado vocablos a su nueva realidad como en Bélgica, donde una de las medidas instauradas por el propio Gobierno fue el llamado knuffelcontact, que significa compañero de mimos o abrazos.
Dicha palabra, convertida en medida, autoriza la presencia de que todo el mundo pudiese tener un compañero de mimos y, en el caso de las personas solteras, incluso dos, para combatir la soledad durante el encierro.
De esta forma, el idioma se ha sometido a una revolución con la incorporación de nuevos términos como balconazi, el cual se refiere a una persona que ejerce vigilancia a modo policial desde los balcones para garantizar el respeto de las normas.
Entre las novedades de la lengua española aparece confitamiento, que describe el estado personal causado por la falta de ejercicio y la ingesta de repostería doméstica, así como cronasutra para guiar las posturas sexuales y evitar el contagio.
Se incorpora al habla, además, sologripista: persona que fomenta la teoría de que la Covid-19 es poco más que una gripe y zoompleaños: cumpleaños celebrados a través del programa de videollamadas Zoom.
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