Si bien desde enero los demócratas ganaron el control en la Cámara Alta por una estrecha mayoría, al conquistar dos asientos en Georgia, se necesitaba un pacto entre el líder del partido azul, Chuck Schumer, y el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, para determinar cómo se dividiría el poder.
El Senado tiene una división incluso partidista de 50-50, en tanto la vicepresidenta Kamala Harris como demócrata puede emitir un voto en caso en empate sobre cualquier legislación clave.
La falta de un convenio entre Schumer y McConnell había creado complicaciones para los demócratas y retrasó la consideración de los nominados al Gabinete del presidente Joe Biden, incluido el candidato a fiscal general, Merrick Garland, quien se espera tenga apoyo bipartidista.
‘Este acuerdo de poder compartido es casi idéntico al acuerdo de 2001 y permitirá que el Senado funcione de manera justa como un organismo dividido equitativamente’, dijo McConnell en un comunicado.
Según indicó Schumer, un acuerdo para compartir el poder le dará a los demócratas los mazos de los comités.
Antes de llegar a este convenio, el Senado operaba bajo las reglas del último Congreso, cuando el Partido Republicano estaba a cargo.
De acuerdo con medios locales de prensa, la demora en alcanzar este pacto entre Schumer y McConnell tenía un impacto negativo en la confirmación de los nominados al Gabinete de Biden.
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