A primera hora en el estadio Teodoro Mariscal de Mazatlán, los líderes de la etapa clasificatoria enviarán al montículo a su as Carlos ‘Tsunami’ Martínez, mientras los canaleros dirigidos por el cubano Alfonso Urquiola pudieran depender de Manuel Campos.
El mánager más triunfador de la historia del béisbol dominicano, Félix Fermín, se convirtió aquí también en el que más partidos ganados acumula en series del Caribe, pues suma 26, y busca su cuarta corona en seis participaciones.
La novena aguilucha y su mentor confían en la semifinal en el poderoso brazo del lanzador de las Grandes Ligas estadounidenses y en los bates de jugadores como el ilustre camarero Robinson Canó, el experimentado Melky Cabrera y el líder jonronero e impulsor del torneo, Juan Lagares.
Por su parte, los Federales se metieron en las semifinales prácticamente desde su primera salida al terreno, en la cual vencieron 6-3 al eliminado Caribes de Anzoátegui (Venezuela), y culminaron la fase de todos contra todos con balance de 2-3 y tres fracasos en fila, aunque su ofensiva es hasta ahora la mejor del campeonato por mucho, 285.
República Dominicana vapuleó a Panamá 11-6 en la eliminatoria, pero el duelo de esta tarde es borrón y cuenta nueva en un deporte como el de las bolas y los strikes, en el que nada está escrito hasta el último out.
En el segundo turno, el mánager de Criollos de Caguas, Ramón Vázquez, dependerá del derecho de 21 años Luis Medina para soñar con la gran final del sábado, después de reponerse de la derrota inicial ante las Águilas y concluir la clasificatoria con cuatro triunfos seguidos.
Desde la cueva mexicana, el piloto Benjamín Gil pudiera mandar a la lomita al vencedor del duelo inaugural, Manny Barreda, con la expectativa de tomar venganza del tropiezo 4-6 contra los boricuas en las preliminares.
Los Tomateros pelearon hasta la madrugada de hoy para superar en 10 entradas 4-3 a Caribes y pasar de terceros a los cruces, con 3-2.
Pese a la pandemia de la Covid-19, el estadio Teodoro Mariscal recibe público, con la posibilidad de ocupar hasta un 45 por ciento de sus 16 mil butacas, en un certamen que vuelve a extrañar a la novena campeona de Cuba.
Al igual que sucedió el año pasado, la isla es la gran ausente de la Serie del Caribe de béisbol, como resultado de las presiones ejercidas por la administración del ahora expresidente estadounidense Donald Trump.
Cuba fue sede en 1949 de la edición inaugural del torneo regional, en el que sus representantes lograron el título en siete de los primeros 12 campeonatos, y habían regresado como invitados en 2014.
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