Por unanimidad, los jueces de la primera sala de lo penal en el estado de Río Janeiro denegaron también el recurso de los abogados defensores. Lessa y Queiroz están acusados de triple homicidio por motivo torpe, emboscada y sin dar a las víctimas la oportunidad de defenderse. Ambos están recluidos en la prisión federal de Porto Velho, en el norteño estado de Rondônia.
Franco, del Partido Socialismo y Libertad, y Gomes fueron ultimados en una céntrica zona de Río en la noche del 14 de marzo de 2018.
Trece disparos de una subametralhadora HK MP5, de alta precisión y utilizada solo por fuerzas policiales de élite, alcanzaron el vehículo en que se trasladaban.
La activista regresaba a su casa tras participar en un debate con jóvenes negras, cuando su auto fue baleado: ella recibió disparos en la cabeza y el conductor en la espalda.
Por el momento no hay respuestas sobre quién fue el autor intelectual del crimen investigado por la Policía Civil y el Ministerio Público de Río.
Durante estos casi tres años, la investigación apunta a la participación de milicianos de las fuerzas de seguridad.
Al menos tres políticos de Río son considerados sospechosos en la planificación de la ejecución: el concejal Marcelo Siciliano, el exconcejal Cristiano Girão y el exdiputado Domingos Brazão, miembro del Tribunal de Cuentas del Estado. Todos niegan estar involucrados.
El 14 de marzo de 2019, Lessa y Queiroz fueron arrestados bajo los cargos de ser los autores materiales del crimen.
La motivación del hecho de sangre aún no está clara, pero según denuncias, Franco fue asesinada por su militancia a favor de los derechos humanos.
De acuerdo con las promotoras Simone Sibilio y Letícia Petriz, al frente de la investigación, los motivos que llevaron a los crímenes estaban vinculados a las causas que la activista defendía.
El caso tuvo repercusión internacional y convirtió a la socióloga y feminista en un símbolo político en la lucha por los derechos humanos y la mayor participación de las mujeres negras en los espacios de poder en Brasil.
Después de más de mil 60 días, la pregunta: ‘¿Quién mandó a matar a Marielle Franco?’ sigue sin respuesta.
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