Luego de vivir un 2020 marcado por la intensificación de las políticas expansionistas del gobierno sionista con la complacencia de la anterior administración estadounidense, ese pueblo árabe encara lo que algunos de sus dirigentes han llamado una ola de terror.
A las demoliciones de viviendas que los privan de protección en plena pandemia, las redadas, detenciones de pobladores de la Franja de Gaza y Cisjordania, se adicionan los frecuentes ataques de colonos israelíes empeñados en ampliar sus propiedades en esa última demarcación, calificadas de ilegales por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Estamos sufriendo actos de terrorismo contra nuestra gente, perpetrados por la potencia ocupante, denunció el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohammad Shtayyed, quien pidió apoyo de la ONU para proteger a las víctimas.
La pérdida de sus hogares, la represión de protestas pacíficas en las que ancianos palestinos responden con tirapiedras a ataques con gases lacrimógenos, balas recubiertas con goma y granadas de aturdimiento, la profanación de sitios sagrados del islam, y de escenarios arqueológicos de prominencia, son apenas algunos de los males.
El Acuerdo del Siglo presentando a inicios del pasado año por el entonces ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump, allanaba el camino para la anexión al territorio israelí de hasta un 30 por ciento de Cisjordania, al tiempo que concedía a los palestinos una patria discontinua.
Además, declaraba a Jerusalén, reivindicada por las dos partes, como capital indivisible del primero.
A pesar del rechazo de gran parte de la comunidad internacional, 2020 estuvo signado por el incremento de los planes usurpadores, y de acciones israelíes encaminadas a imponer hechos consumados al arrasar sembradíos, instalaciones, muros de contención, y borrar todo tipo de barreras para proseguir con la campaña de despojo iniciada en 1948.
Conscientes de la necesidad de unidad, la totalidad de las agrupaciones palestinas decidió superar diferencias y conformar un único frente dirigido a derrocar la ocupación sionista e impulsar la celebración de elecciones legislativas en mayo y presidenciales en julio, como vía para fortalecer el liderazgo en un momento crucial para la causa que defienden.
Una reunión, iniciada la víspera en El Cairo entre unas 15 de esas organizaciones, tiene como propósito perfilar los mecanismos dirigidos a garantizar el éxito de dichos escrutinios, entre ellos los relativos a cuestiones de seguridad, adelantaron algunos de sus promotores.
Tal encuentro coincidió con la sesión de la Liga Árabe que abogó por la reanudación de los diálogos entre palestinos e israelíes para dejar atrás el largo conflicto.
Los cancilleres convocados por iniciativa de Egipto y Jordania llamaron a iniciar negociaciones creíbles dirigidas a abordar todos los asuntos en disputa sobre la base de las propuestas de arreglo previas con amplio consenso mundial, y que conduzcan al fin de la ocupación israelí, la cual data de 1967.
En su intervención virtual ante el 75 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, solicitó ayuda de ese organismo con el propósito de celebrar una conferencia internacional de paz, animado por el interés de encauzar pláticas con Israel, sin que ello implique una renuncia a reclamos históricos.
Los palestinos insisten en el establecimiento de un estado soberano en las fronteras anteriores a 1967 y su capital en Jerusalén oriental, aspiraciones vislumbradas como lejanas e incluso inviables de persistir los engendros colonizadores y la judaización de la ciudad, sagrada tanto para cristianos, como para musulmanes y judíos.
agp/ap