De acuerdo con el informe publicado este jueves por el comité sobre el medioambiente, alimentación y asuntos rurales, ese tipo de polución representa el mayor riesgo medioambiental para la salud pública británica, sobre todo en las zonas más empobrecidas del país, las cuales, señaló, son las que menos contribuyen a la contaminación atmosférica.
Se estima que cada año mueren 64 mil personas debido a la contaminación del aire, que de manera desproporcionada afecta a las comunidades menos favorecidos, apuntó el director del comité, Neil Parish, tras afirmar que el gobierno tiene el deber moral de poner el mejoramiento de la calidad del aire en el centro de la estrategia de recuperación de la pandemia de Covid-19.
Aunque saludó la reciente decisión del Ejecutivo de prohibir la venta de automóviles nuevos a gasolina y diésel a partir de 2030, el legislador conservador lo exhortó a ser más ambicioso y trabajar por un futuro más verde y limpio.
Entre las recomendaciones hechas por el comité bipartidista están fortalecer los compromisos ya existentes para reducir la polución del aire, enmendar el proyecto de ley sobre el medioambiente que será sometida a discusión en el Parlamento en el otoño próximo, y otorgar más fondos a las administraciones locales.
La investigación arrojó, además, que la llamada Estrategia de Aire Limpio anunciada por el gobierno en 2019 descansa demasiado en las autoridades locales, y las responsabiliza con el mejoramiento de la calidad del aire, pero sin otorgarles las competencias correspondientes o los recursos suficientes.
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