Todo ello en plena correspondencia con la Declaración y Programa de Acción de Copenhague y otros instrumentos en esta materia, señaló la embajadora en su intervención virtual en la discusión general de la 59 sesión de la Comisión de Desarrollo Social.
La representante cubana reiteró la importancia de atender e implementar el llamamiento realizado por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en marzo de 2020, en el cual pidió suspender sanciones y medidas coercitivas unilaterales de ese tipo en el marco de la crisis sanitaria.
Asimismo, la diplomática ilustró el impacto negativo de la política de asfixia estadounidense hacia su país, la cual se recrudece en tiempos de Covid-19.
Sólo de abril de 2019 a marzo de 2020, el bloqueo norteamericano ocasionó daños a Cuba en el orden de los cinco mil 570 millones de dólares, recordó.
No obstante, señaló Rodríguez, la mayor de las Antillas cuenta con numerosas políticas públicas y programas sociales dirigidos a los jóvenes, y tiene políticas de empleo para favorecer la incorporación de jóvenes, mujeres y personas con discapacidad, en condiciones dignas y sin discriminación.
También posee un Plan de Acción Nacional para atender a las personas con discapacidad y fomentar su inclusión social, entre otros elementos que demuestran la voluntad del Estado cubano para cumplir con los compromisos asumidos en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 1995 y su Programa de Acción, detalló.
La embajadora se refirió en su intervención a como está claro que las consecuencias socio-económicas de la Covid-19 tendrán un grave impacto en el desarrollo social y el bienestar de las personas alrededor del mundo, especialmente en los países en desarrollo.
En ese sentido, recordó que la erradicación de la pobreza, pilar del desarrollo social junto al pleno empleo y la inclusión social, solo podrán alcanzarse mediante el multilateralismo y la cooperación internacional, incluidas la cooperación Norte-Sur, Sur-Sur y triangular.
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