Con ese pronóstico la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó las proyecciones para este año del mercado laboral, las cuales muestran que la mayoría de los países experimentarán una recuperación frágil, que se fortalecerá en la medida que los programas de vacunación contra el SARS-Cov-2 surtan efecto.
A finales de enero el director general de la OIT, Guy Ryder reconoció que esta ha sido la crisis más grave para el mercado laboral desde la Gran Depresión de los años 30, y que su impacto es mucho mayor al de la crisis financiera mundial de 2009.
No obstante, anunció, ‘me complace decir que hay algunas noticias relativamente alentadoras en todo esto, vemos señales tentativas de recuperación, pero son frágiles, inciertas y las perspectivas son notablemente desiguales’.
‘Este año se perderán más horas, y posiblemente el próximo’, sentenció Ryder.
En unos de sus últimos informes sobre la crisis generada por la pandemia de la Covid-19, la OIT afirmó que el año pasado se perdieron un 8,8 por ciento de las horas de empleo a nivel mundial, aproximadamente cuatro veces más que en la recesión de 2009.
Dichas afectaciones en comparación con el año anterior equivalen a 255 millones de empleos a tiempo completo e incluyen un número sin precedentes de 114 millones de trabajadores que se sumaron a las listas de desempleo, y otros cuya carga laboral se redujo debido a las restricciones.
Ello se tradujo en una disminución del 8,3 por ciento de los ingresos laborales mundiales, es decir 3,7 billones (millón de millones) de dólares o el 4,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, de acuerdo con los cálculos de la OIT.
En tal sentido Ryder consideró especialmente preocupante que el 71 por ciento de los empleos desaparecidos -81 millones de personas-, se produjeran por inactividad, o sea, esas personas simplemente abandonaron el mercado laboral, o bien no pueden trabajar por las restricciones de la pandemia, por obligaciones sociales, o renunciaron a buscar trabajo.
Pese al elevado grado de incertidumbre que aún existe, de las previsiones más recientes para 2021 se desprende que en la mayoría de los países se producirá una recuperación relativamente sólida en el segundo semestre del año. ‘Los indicios de recuperación que vemos son alentadores, pero son frágiles y muy inciertos, y cabe recordar que ningún país o grupo puede recuperarse por sus propios medios’, afirmó Ryder
El control de la pandemia, así como el aumento de la confianza de los consumidores y de las empresas, propiciarían la situación más favorable, aunque en todos los casos se prevé que la cantidad de horas de trabajo en las Américas, Europa y Asia disminuya más del doble que en otras regiones.
De ahí que el mundo tiene ante sí dos opciones: una conduce a una recuperación dispar y no sostenible, con una desigualdad e inestabilidad cada vez mayores, susceptibles de agravar la crisis.
La otra lleva a una reanimación centrada en las personas, con el fin de reconstruir mejor y promover el empleo, los ingresos y la protección social, así como los derechos de los trabajadores y el diálogo social, la cual conduce a un escenario duradero, sostenible e integrador, considerado por la OIT como el camino a seguir por los responsables políticos.
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