Citado por la agencia de noticias Wafa, Hall expresó preocupación por la violencia de los colonos contra los integrantes de ese pueblo árabe, asentados en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Los últimos cinco años fueron difíciles, no había oportunidad para mejorar la situación sobre el terreno, especialmente desde que la anterior administración estadounidense reconoció a Jerusalén como capital de Israel, una decisión que Gran Bretaña ha rechazado, comentó el cónsul.
A comienzos de 2020 el entonces ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump, presentó el cuestionado Acuerdo del Siglo en virtud del cual Israel podría anexar hasta un 30 por ciento de Cisjordania ocupada, en tanto los palestinos tendrían derecho a una patria discontinua, suerte de islas rodeadas de colonias.
Desde entonces subieron de tono los enfrentamientos entre colonos interesados en ampliar sus propiedades y aldeanos en defensa de sus tierras.
La Liga Árabe celebró una reunión de emergencia la semana previa en la que abogó por la reactivación de los diálogos entre palestinos y el gobierno sionista, a fin de superar el largo conflicto por la vía pacífica.
Durante su intervención virtual ante el 75 período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, recabó apoyo de dicho organismo para convocar a una conferencia internacional de paz animado por el interés de encauzar pláticas con la contraparte.
La ANP insiste en el establecimiento de un Estado soberano en las fronteras anteriores a la guerra de 1967 y su capital en Jerusalén oriental.
En varios mensajes el primer ministro de la ANP, Mohammad Shtayyed, pidió ayuda a la ONU para proteger a su pueblo de lo que considera una ola de terror perpetrada por colonos y uniformados al servicios de Israel, la cual persigue amedrentarlos y arrebatarles sus hogares y tierras ancestrales, en medio de los embates de la Covid-19, dijo.
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