Por decisión del juez Alexandre de Moraes, de STF, que ordenó detener al integrante de la base aliada del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, el legislador fue capturado por la Policía Federal en la ciudad de Petrópolis, zona serrana de Río de Janeiro.
Según De Moraes, ‘las manifestaciones del parlamentario, por redes sociales, se revelan gravísimas, pues no solo atacan la honorabilidad y constituyen amenaza ilegal a la seguridad de los magistrados del Supremo Tribunal Federal, sino que también se revisten de clara intención de impedir el ejercicio de la judicatura’.
En el audiovisual, Silveira también defendió la dictadura militar (1964-1985) y comentó que los magistrados del tribunal superior merecían una paliza. ‘No tienen carácter, escrúpulos ni moral’, apuntó.
La Cámara de Diputados debe esperar el juicio del pleno del STF para decidir cómo proceder con el caso.
De acuerdo con la legislación, los diputados y senadores son inviolables, civil y penalmente, por cualquiera de sus opiniones, palabras y votos, y solo pueden ser detenidos in fraganti por un delito no susceptible de fianza.
Si el STF comprueba que es así, los expedientes deben ser enviados en un plazo de 24 horas a la Cámara baja, para que, por votación abierta de la mayoría de sus miembros, decida si acepta la detención.
Tal asamblea tiene 45 días para examinar el asunto tras recibir el proceso.
El 27 de enero, a Silveira se le prohibió embarcar en un vuelo de la línea aérea Gol de Guarulhos (Sao Paulo) a Brasilia por negarse a llevar la máscara contra la Covid-19.
‘La detención del diputado representa no solo un ataque violento a su inmunidad material, sino también el propio ejercicio del derecho a la libertad de expresión y los principios básicos que rigen el proceso penal brasileño’, indica una nota de la defensa.
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