Una delegación egipcia, compuesta por representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores y de los cuerpos de seguridad, fue enviada a la vecina nación a fin de explorar la posibilidad de restablecer nuestra presencia (diplomática) en Trípoli, así como en Bengasi, comentó Shoukry, citado por Ahram on line.
Nuestros enviados conversaron con expertos de diferentes órganos en ese país para analizar tal perspectiva, insistió.
Egipto cerró tanto su embajada como el consulado en Libia en enero de 2014 tras el secuestro de cuatro funcionarios por hombres armados y de un ataque a la segunda sede.
Este paso -explicó- acontece a raíz de los últimos acontecimientos en la nación del Magreb, que culminaron con la elección de un gobierno temporal encargado de preparar las elecciones generales del 24 de diciembre y en medio de nuestros esfuerzos para mediar en el conflicto e impulsar una salida pacífica a la confrontación.
En junio pasado el presidente Abdel Fattah El-Sisi de conjunto con el mariscal Khalifa Haftar, comandante del Ejército Nacional Libio (ENL), presentaron la Declaración de El Cairo, una propuesta encaminada al establecimiento del cese el fuego y el inicio de un proceso de paz.
Posteriormente en octubre el ENL, asentado en el oriente del país, y el Gobierno de Acuerdo Nacional, radicado en la zona occidental, acordaron silenciar los fusiles y celebrar elecciones en busca de una gobernanza unificada y de la reconciliación.
Este mes los integrantes del Foro de Diálogo Político Libio escogieron en Ginebra al ejecutivo temporal hasta diciembre, bajo los auspicios de Naciones Unidas.
Egipto no tiene ambiciones en Libia, estamos trabajando para establecer relaciones normales entre dos pueblos vecinos, enfatizó Shoukry.
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