La sanción, inusualmente severa, está destinada a garantizar el cumplimiento de una nueva regulación que hace obligatorias las vacunas, en este caso la china CoronaVac, producida parcialmente en Indonesia.
Según Riza Patria, las autoridades de la ciudad siguen las reglas como último recurso, ya que Yakarta representa aproximadamente una cuarta parte de los más de 1,2 millones de infecciones por coronavirus en la nación asiática.
Si lo rechaza, hay dos cosas: no se otorgará ayuda social, (y) una multa, dijo el funcionario a periodistas.
Indonesia tiene como objetivo inocular a 181,5 millones de sus 270 millones de habitantes en 15 meses bajo un programa de vacunación que comenzó el mes pasado, y tras concluir en el sector de salud actualmente se centra en trabajadores públicos.
Un sondeo realizado en diciembre por la encuestadora Saiful Mujani Research and Consulting mostró que solo el 37 por ciento de mil 202 consultados estaban dispuestos a vacunarse, el 40 por ciento estaba indeciso, y el 17 por ciento se negaría.
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