Según informó el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado, ‘abordar las amenazas reales del cambio climático y escuchar a nuestros científicos está en el centro de nuestras prioridades de política interior y exterior’, algo que se aparta de la administración precedente que consideraba el fenómeno como un invento de la ciencia.
‘El cambio climático y la diplomacia científica no pueden volver a ser ‘complementos’ en nuestros debates de política exterior’, añadió el jefe de la diplomacia.
De esa forma, Washington, bajo el acuerdo de París, se compromete a intentar limitar el calentamiento del planeta a menos de dos grados centígrados por debajo de los niveles preindustriales, con el objetivo adicional de reducirlo a 1,5 grados.
El gobierno de Donald Trump retiró al país del acuerdo, argumentando que era gravoso para las empresas y los trabajadores.
La Casa Blanca nombró al exsecretario de Estado John Kerry como enviado especial para el clima como parte de su política para enfrentar el problema y se espera que la administración Biden asuma nuevos compromisos en una conferencia de las Naciones Unidas prevista para noviembre en Escocia.
Aliados estadounidenses como el Reino Unido y la Unión Europea informaron que reducirán sus emisiones en un 68 por ciento y un 40 por ciento, respectivamente, por debajo de los niveles de 1990 para 2030, algo que Washington pudiera hacer antes de una cumbre en el Día de la Tierra de este año.
ga/lb