Si bien las actuales medidas sanitarias impiden la presencia de espectadores en las funciones, retransmitidas vía internet o en la televisión pública, los responsables de ese centro neurálgico de la vida musical en la capital europea organizaron una visita guiada durante los fines de semana.
Desde hace quince días el gobierno determinó que los museos sí pueden recibir aforo con el uso permanente de una mascarilla y a la salida los asistentes tienen la opción de hacer donativos para diferentes proyectos sociales con niños y jóvenes.
El primer fin de semana, correspondiente a los días 12,13 y 14 de febrero, superó los dos mil 100 visitantes y más de mil confirmaron su participación en los recorridos de arte y arquitectura, con entrada gratuita y posibilidad de ver los ensayos de las obras ‘Carmen’ y ‘La traviata’.
Los tours, delimitados por flechas pegadas en el suelo, permiten a los concurrentes acceder a diferentes explicaciones sobre las escaleras y salones del emblemático edificio mediante sus teléfonos móviles y un código QR.
Refiere la historia que, aunque la Ópera Estatal de Viena constituye actualmente un espacio popular de esa urbe, su diseño resultó criticado a mediados del siglo XIX e, incluso, ninguno de sus dos arquitectos: Eduard van der Nüll y August Sicard von Sicardsburg, vieron la obra terminada.
Cerca de ocho décadas después de su apertura, el 12 de noviembre de 1945, la instalación quedó arrasada por aviones estadounidenses durante uno de los bombardeos experimentados en la ciudad, considera en la época, del tercer ‘Reich’ nazi.
Reconstruida e inaugurada diez años después, la Ópera adoptó el diseño original con ligeras diferencias en el exterior y modificaciones internas, con el propósito de incorporar medidas de seguridad y perfeccionar las nuevas medidas de seguridad y la visibilidad y la acústica.
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