Según el informe anual de la misión de la ONU en Afganistán (Unama), las bajas civiles afganas totalizaron ocho mil 820 el pasado año.
En total, la cifra representa un 15 por ciento menor que lo registrado en 2019, pero los autores observaron con alarma un fuerte aumento y un número históricamente alto de bajas civiles en los tres últimos meses de 2020, desde que empezaron las conversaciones en septiembre.
Según el texto desde entonces el progreso se ralentizó y la violencia se incrementa a medida que aumenta la incertidumbre sobre si las fuerzas internacionales serán retiradas en mayo, como estaba planeado originalmente.
La jefa de la Unama, Deborah Lyons, reiteró los llamamientos a un alto el fuego, rechazados repetidamente por los talibanes.
Ambas partes, que se niegan a considerar un alto el fuego, deben reconocer las devastadoras consecuencias, señaló.
De acuerdo con el informe de la ONU, las bajas para el cuarto trimestre aumentaron un 45 por ciento en comparación con el mismo período en 2019.
La mayoría se atribuyó a actores no gubernamentales, predominantemente los talibanes, y más de una quinta part a las fuerzas gubernamentales.
Después de un descanso de un mes por el fin de año, los negociadores regresaron hace unos días a Doha, Qatar, donde tienen lugar las conversaciones de paz.
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