El plan contempla una inversión total de 700 millones de libras esterlinas (unos 990 millones de dólares) y comenzará a aplicarse en Inglaterra una vez que se reanude la enseñanza presencial, el 8 de marzo próximo.
Cuando reabran las escuelas y se reinicien las clases cara a cara el 8 de marzo, nuestra próxima prioridad será garantizar que ningún niño quede retrasado debido a la enseñanza perdida este último año, aseguró el primer ministro, Boris Johnson.
El plan, que aplica solo para Inglaterra porque los gobiernos semiautónomos de Gales, Escocia e Irlanda del Norte siguen programas educacionales propios, incluye la ampliación de los programas tutoriales y la posibilidad de que la educación secundaria organice cursos durante las vacaciones de verano para los estudiantes que más los necesitan.
La legisladora laborista Kate Green, quien se desempeña como ministra de Educación en el llamado gabinete ‘a la sombra’ (opositor), consideró, sin embargo, que los fondos prometidos por el gobierno conservador no son suficientes para compensar la enseñanza y en tiempo con los amigos que perdieron los niños.
No hay una mención específica de apoyo a la salud mental y el bienestar de los alumnos, que son fundamentales para permitirles recuperarse de la pandemia, afirmó.
Green también resaltó que los fondos equivalen a destinar 43 peniques de libra diarios por cada alumno durante un año escolar, y están por debajo de los casi mil 200 millones de dólares otorgados en agosto pasado al programa de recuperación de los restaurantes.
El secretario general del gremio que representa a los directores de escuelas, Paul Whiteman, apuntó, por su parte, que la idea de los cursos de verano será valiosa para algunos niños, pero alertó que también es importante no sobrecargar a los alumnos.
Además, hay quejas sobre la posible carga de trabajo que tendrían los profesores, quienes al igual que los estudiantes se mantuvieron recibiendo clases a distancia durante la pandemia.
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