El directivo, Juan Velázquez, recordó que en 2020 las ventas de ese rubro al exterior aportaron 586 millones de dólares con un crecimiento de 3,5 puntos porcentuales respecto a 2019.
En términos de exportación resultaron significativas las compras de carne vacuna realizadas por el mercado mexicano, que reportaron un crecimiento del 60 por ciento en volumen y 65 en valor, comparadas con el año precedente, apuntó el directivo.
Velásquez resaltó la importancia que reviste para la industria cárnica el proceso de trazabilidad, tanto para la conservación de sus mercados tradicionales como en la apertura de otros.
Adelantó que Canicarne trabaja de conjunto con el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria en la elaboración de guías tecnológicas que garanticen el acceso al mercado europeo.
Nicaragua cuenta con ocho plantas procesadoras de carne bovina y sus despojos, de las cuales cuatro están asociadas a Canicarne y reportan una matanza entre 600 a mil 400 cabezas diarias, y generan unos tres mil 500 empleos directos.
Los principales mercados de la carne bovina nicaragüense son Estados Unidos, México y Taiwán, con ventas menores a El Salvador, Puerto Rico, Japón y Tailandia.
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