El informe publicado este jueves por el ministerio británico del Interior señala que nueve mil 936 personas recibieron permiso el año pasado para permanecer en el país, mientras que en 2019 esa cifra llegó a 19 mil 408, para una disminución del 48 por ciento.
Las autoridades atribuyen la caída al impacto de la pandemia de la Covid-19 en el movimiento migratorio global, y a que durante el periodo analizado se procesaron menos solicitudes.
Del total de refugiados autorizados a permanecer legalmente en el Reino Unido, a más de siete mil 500 se le concedió asilo político, y alrededor de un millar recibió protección humanitaria, agrega el informe.
La disminución en la cantidad de asilos concedidos y solicitudes procesadas contrasta, sin embargo, con el aumento en el número de personas que se encuentran en instalaciones habilitadas por el gobierno para acomodar a los inmigrantes detenidos después de entrar al país de forma ilegal.
Según el reporte, al cierre del año pasado había 64 mil 41 refugiados ubicadas en hoteles y campamentos, lo que representa un incremento del 28 por ciento comparado con los 50 mil 91 que se contabilizaron en 2019.
Ante la avalancha de inmigrantes que el año pasado se aventuraron a través del canal de La Mancha o se pusieron en manos de traficantes de personas para ingresar al Reino Unido escondidos en camiones de carga, el gobierno británico habilitó incluso antiguas barracas militares para albergarlos.
Esta decisión dio lugar, sin embargo, a quejas tanto de los refugiados como de organizaciones benéficas y de derechos humanos por las malas condiciones de vida y el peligro de que se produzcan brotes de Covid-19 en esas instalaciones.
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