La corte superior ‘tiene una gran oportunidad para reescribir su trayectoria de omisión ante los ataques a la democracia y asumir plenamente la condición de tribunal constitucional, conteniendo y castigando el mayor escándalo judicial de la historia’, afirmó Rousseff durante el llamado Mutirão (iniciativa colectiva) Lula Libre.
En el intercambio con otros políticos, líderes de movimientos sociales y artistas, la exgobernante insistió que no habrá justicia ni democracia en Brasil hasta que se anule y repare la ‘brutal persecución’ de la desactivada operación Lava Jato contra el fundador del Partido de los Trabajadores.
Según Rousseff (2011-2016), el grupo de trabajo de la sureña ciudad de Curitiba fue un ‘instrumento fundamental’ de ataque a la democracia.
Además, denunció, sirvió a la ‘agenda neoliberal’ que aniquiló las políticas de bienestar social y promovió la destrucción de empresas y la entrega de la riqueza del país.
‘La Lava Jato se saltó los controles, ocultó información, rompió jerarquías, actuó clandestinamente, falsificó detenciones y chantajeó a los presos. Inventó deposiciones, promovió investigaciones ilegales incluso de ministros de tribunales superiores y firmó acuerdos secretos con agentes extranjeros’, apuntó la expresidenta.
Con ello, añadió, se erigió en un poder paralelo para aumentar el furor punitivo del otrora juez Sérgio Moro que la comandaba y los intereses golpistas de las élites nacionales e internacionales.
Durante el diálogo, el exministro y excandidato presidencial Fernando Haddad vaticinó que el ‘largo y doloroso camino’, que fue defender a Lula de una avalancha de falsas acusaciones creadas por la Lava Jato, está llegando a su fin.
‘Tengo más esperanzas de que, ante tanta evidencia de arbitrariedad del tribunal de Curitiba, se pueda rescatar la Justicia y dar una opinión final sobre esta gran trampa que se hizo’, remarcó.
El movimiento Mutirão presiona para que STF juzgue el habeas corpus que apunta a la sospecha de parcialidad de Moro para condenar sin pruebas a Lula.
Tras la denominada Operación Spoofing (usurpación) cumplida por la Policía Federal en julio contra piratas cibernéticos, las conversaciones reveladas entre el exmagistrado y los fiscales de la Lava Jato confirmaron la colusión montada contra el exdirigente obrero.
Esta vez, sin embargo, el acceso a mensajes telefónicos retenidos fue garantizado a la defensa de Lula por la propia Corte Suprema.
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