Las agresiones ocurrieron en 2019, en medio de las movilizaciones del claustro contra los recortes en Educación y en defensa de la enseñanza pública.
Después de tener una investigación por racismo en su contra, el entonces ministro dejó de lado las buenas costumbres y utilizó adjetivos como: ‘adoctrinadores’, ‘cebras gordas’, ‘depredadores ideológicos disfrazados de profesores’.
Dentro de la misma línea, lógicamente sin presentar ninguna prueba, acusó a las universidades de mantener plantaciones de marihuana y laboratorios de metanfetamina.
En la sentencia, el juez federal João Batista Ribeiro afirmó que las redes sociales son una de las formas de ejercer el derecho garantizado por la Constitución.
Sin embargo, recordó que ‘la protección de la libertad de expresión no es absoluta’, teniendo en cuenta que las leyes prohíben las prácticas utilizadas para ofender, amenazar y humillar, por ejemplo.
La orden de la investigación civil es del 26 de febrero, dos días después que la Fiscalía en el Distrito Federal presentara otra indagación contra Weintraub, por el presunto delito de racismo contra los chinos.
En un post en la red social Twitter insinuaba que China podría beneficiarse de la pandemia de Covid-19. También parodiaba la forma en que los chinos pronuncian el sonido de la letra R en portugués.
La Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia (ABJD) envió esta semana una solicitud al Banco Mundial para que el Comité de Ética de la institución evalúe la conducta de Weintraub, su director ejecutivo.
Según la ABJD, el exministro avaló las declaraciones criminales del diputado federal Daniel Silveira, quien permanece detenido tras divulgar un video en redes sociales en el que vilipendia a magistrados del Supremo Tribunal Federal.
Como otrora funcionario en Brasil descalificó a los jueces de la Corte Suprema, llamándolos ‘vagos que deberían ser encarcelados’, apunta la sociedad profesional.
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