Esa situación provoca mayores disparidades de género, aumento de la violencia doméstica y del desempleo.
En este país, un sistema patriarcal y creencias sectarias condenan a las mujeres a quedar en casa para labores domésticas, parir y criar hijos.
La nación con costa al mar Mediterráneo oriental ocupa el puesto 145 de una lista de 153 en el índice global de brecha de género, según un informe del Foro Económico Mundial.
Con la peor crisis económica y financiera en décadas las desigualdades entre las libanesas y libaneses va en aumento.
La pandemia de la Covid-19 y las medidas de confinamiento y encierro durante los últimos 12 meses dispararon los casos de violencia doméstica.
De acuerdo con la organización no gubernamental KAFA, dedicada de mejorar la igualdad de género, en 2020 se registró un drástico incremento de denuncias con mil 600 casos desde los 918 del año anterior.
Zoya Rouhana, directora de KAFA, subrayó que los problemas financieros crearon tensiones hogareñas que derivan en violencia.
La ong aboga desde 2005 por la reforma de leyes que dictan los derechos de las mujeres.
En ausencia de una legislación civil unificada, cuestiones como el matrimonio, el divorcio y la custodia de los hijos, entre otras, las deciden 15 tribunales confesionales.
De tal manera que, para las mujeres, hay limitaciones en cuanto a poner fin a matrimonios abusivos, obtener apoyo financiero o proteger a sus hijos.
Las leyes sobre el estatus personal femenino son el problema central porque colocan a la mujer en una posición de subordinada, indicó Rouhana.
Por las tradiciones y la falta de educación sobre el papel del sector femenino en la sociedad crearon un estigma en torno a cuestiones como la salud sexual, la homosexualidad y los derechos productivos.
Myriam Sfeir, del Instituto Árabe de Mujeres, mencionó la sublevación popular iniciada el 17 de octubre de 2019 como positiva para encender el debate sobre las féminas en el país.
En aquel momento, salió a la calle la defensa de los derechos femeninos, entre estos la de conceder nacionalidad y la custodia de los hijos y en contra de los llamados asesinatos de honor, dijo Sfeir.
Después de las manifestaciones se visibilizaron algunos de esos problemas y crearon alguna conciencia de que no deben tomarse a la ligera.
Sin embargo, Sfeir admitió que los cambios no ocurren de la noche a la mañana, llevará mucho tiempo, puntualizó, eliminar las actitudes machistas y sexistas de la actualidad.
A medida que la crisis libanesa amenace la estabilidad y el bienestar cotidianos, la posición y las actitudes marginadas hacia las mujeres en el Líbano se magnificarán más, dijo.
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