El alijo venía oculto en 12 aisladores sísmicos idénticos a los empleados en la construcción de puentes y llegaron a Portugal por un puerto que no fue revelado desde un país de América Latina, tampoco identificado.
La fuente dio cuenta del novedoso del modus operandi para esconder la droga, y reconoció que debió utilizar maquinaria pesada para detectarla en el interior de las piezas de ingeniería.
En la operación participó la Unidad Nacional de Combate al Tráfico de Estupefacientes con el apoyo del Cuerpo Nacional de Policía de España.
Los dos detenidos, con antecedentes penales y edades de 46 y 47 años, quedaron en prisión preventiva bajo sospechas de pertenecer a una organización criminal con vínculos en varios países para la introducción de grandes cantidades de sustancias sicotrópicas en Europa.
A mediados del año pasado, otra operación conjunta entre Portugal y España permitió el arresto en este último país de dos hombres y la identificación de una mujer latinoamericanos, sospechosos de integrar la misma organización dedicada al tráfico de cocaína.
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