Impulsada por el Partido Socialista Obrero Español, que gobierna en coalición con la alianza izquierdista Unidas Podemos, la nueva legislación recibió 202 votos a favor, 141 en contra y dos abstenciones, antes de su entrada en vigor dentro de tres meses.
Fue refrendada en la Cámara Baja por esas dos agrupaciones y otras de corte progresista, de centro y regionalistas, mientras que el rechazo provino principalmente del conservador Partido Popular y de la formación de extrema derecha Vox.
Es un día muy importante porque avanzamos hacia una sociedad más humana, más justa y decente, subrayó la ministra española de Sanidad, Carolina Darias, durante el debate previo a la votación de este jueves, en la que se tramitaron las últimas enmiendas a la ley.
Para Darias, con la legalización de la eutanasia el país responde a una creciente demanda social y se ‘preocupa por evitar el sufrimiento de todos sus miembros’, a través de una legislación que calificó de equilibrada y garantista.
Considerada una prioridad para el Gobierno de coalición progresista del socialdemócrata Pedro Sánchez, la norma autoriza la eutanasia (personal médico administra la sustancia mortal) y el suicidio asistido (la persona se encarga de tomar la dosis prescrita).
Permitirá a toda persona mayor de edad con ‘enfermedad grave e incurable’ o padecimiento ‘crónico e imposibilitante’ solicitar ayuda para morir y así evitarse ‘un sufrimiento intolerable’, un derecho que será costeado por la sanidad pública.
La ayuda médica para morir se concederá tras un proceso de evaluación a quienes, bajo los supuestos anteriormente nombrados, la soliciten de forma ‘voluntaria y consciente’ siempre que demuestren estar ‘en pleno uso de sus facultades’, reza el texto.
Podrá realizarse tanto en centros sanitarios -públicos, privados o concertados- como en el domicilio del enfermo y la ley contempla la objeción de conciencia para los profesionales de la salud que participen en el proceso.
Esta regulación fue recibida con júbilo por organizaciones que defienden el derecho a morir dignamente y pacientes que agradecen tener la opción disponible.
Por el contrario, fue rechazada por la Iglesia católica y partidos de derecha, y su aplicación genera interrogantes en algunos sectores médicos.
España se convierte en el cuarto país europeo -después de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo- en permitir la eutanasia, procedimiento por el que un médico auxilia a un paciente a poner fin a su vida.
agp/edu