De acuerdo con el diario The Times, la propuesta está contenida en el informe sobre la nueva política migratoria que adoptará el país tras su salida de la Unión Europea, y que será presentado próximamente por la ministra del Interior Priti Patel.
El reporte del periódico británico, que cita fuentes anónimas dentro del gobierno conservador, sigue a otras filtraciones publicadas el año pasado donde se mencionaba también a las islas de Ascensión y Santa Helena, ambas en el Atlántico Sur, como posibles destinos para los refugiados, y el posible uso de barcos y ferris anclados en alta mar para albergarlos.
Según trascendió entonces, esas ideas luego fueron descartadas por poco prácticas, aunque la Cruz Roja Británica aprovechó para alertar de las graves consecuencias humanitarias de las mismas.
Interrogado al respecto este jueves, el portavoz del primer ministro Boris Johnson no desmintió de plano las especulaciones, y se limitó a decir que no iba a adelantar lo que será anunciado en las próximas semanas. Solo deseo puntualizar lo que ya dijeron Patel y el primer ministro con anterioridad respecto a la necesidad no solo de arreglar nuestro maltrecho sistema de asilo sino de asegurarnos de que las personas no realicen esas travesías sumamente peligrosas a través del canal de La Mancha, apuntó el vocero.
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, declaró, por su parte que el tema no había tratado jamás con ninguna de las autoridades de ese territorio bajo dominio británico, y aseguró que la titular del Interior del Reino Unido le confirmó que los reportes publicados por el diario británico no tienen base.
De forma similar se pronunció la máxima autoridad de la Isla de Man, Howard Quayle, quien en declaraciones a la edición online del Daily Mail desestimó la noticia como un chiste adelantado por el Día de los Inocentes que se celebra el 1 de abril.
Según el tabloide, el año pasado, ocho mil 420 personas ingresaron al Reino Unido de forma ilegal tras cruzar el canal de la Mancha en frágiles embarcaciones.
Los refugiados que son detenidos por las autoridades de emigración son enviados a hoteles y campamentos a cuenta del Estado mientras se tramitan sus solicitudes, aunque a menudo hay quejas sobre las condiciones de vida.
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