Zhao Lijian, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo en rueda de prensa que desde el principio las partes estuvieron en un entorno con ‘fuerte olor a pólvora y drama’, como consecuencia de las declaraciones iniciales de la delegación norteamericana.
Según aseguró, la misión china no tenía intención de caer en la controversia, pero se vio obligada a reaccionar ante los ‘ataques irracionales’ contra las políticas internas y externas del país.
El portavoz también criticó a los estadounidenses por excederse en el tiempo al hacer uso de la palabra, lo cual Beijing definió más temprano como un acto ni ‘hospitalario’ ni de ‘buena etiqueta diplomática’.
No obstante, reiteró que la cita es una buena oportunidad para fortalecer la comunicación, controlar las diferencias y ampliar la cooperación entre las dos naciones.
‘Este diálogo tiene un gran significado para el fomento de las relaciones entre China y Estados Unidos en el próximo período. Nuestros pueblos y la comunidad internacional aguardan con interés un resultado pragmático’, agregó.
Zhao indicó que su Gobierno espera de Washington voluntad para avanzar en la misma dirección, pero reiteró tolerancia cero a la injerencia en asuntos internos y en aquellos concernientes a la soberanía, integridad territorial e intereses de desarrollo.
Contrario a lo deseado, el primer encuentro presencial entre funcionarios de Beijing con los del gobierno del presidente norteamericano, Joe Biden, sitúa a ambas potencias alejadas de la reconciliación y sí en camino hacia más hostilidades.
La cita en Alaska tuvo este jueves un arranque difícil que fluyó con intercambios de críticas, reafirmación de posturas opuestas y preocupaciones respecto al comercio, tecnología y temas sensibles como derechos humanos, Hong Kong, Taiwán, Xinjiang y la península coreana, entre otros.
Representan a China Yang Jiechi, director de Asuntos Exteriores del Partido Comunista, y el canciller Wang Yi, mientras por Washington están el secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
El encuentro concluirá en unas horas y hay bajas expectativas de que arroje algún acuerdo o comunicado conjunto.
Su choque inicial deja entrever que falta mucho porque se calmen las aguas entre China y Estados Unidos, luego de cuatro años de desencuentros, gran deterioro de las relaciones bilaterales y una profundización de la desconfianza.
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