De acuerdo con el fiscal de distrito del condado de Boulder, Michael Dougherty, el sospechoso recibe en estos momentos atención médica debido a unas lesiones, debe ser dado de alta este martes y después ingresará en la cárcel de esta localidad.
La investigación se encuentra ahora en sus primeras etapas e implica un esfuerzo coordinado entre las autoridades locales, estatales y federales, precisó.
Por su parte, la jefa de policía de Boulder, Maris Herold, divulgó los nombres de las nueve víctimas mortales no identificadas previamente, que tenían de 20 a 65 años.
Con anterioridad, se conoció que entre las personas fallecidas en el tiroteo en el supermercado de Boulder se encuentra el oficial de policía Eric Talley, de 51 años, quien fue uno de los primeros en llegar al lugar de los hechos.
Talley murió durante un intercambio de disparos con el sospechoso, de acuerdo con reportes de la policía.
El gobernador de Colorado, Jared Polis, aseguró que responsabilizarán al autor del tiroteo con todo el peso de la ley por sus acciones, y ‘siempre recordaremos a las víctimas’.
A raíz del hecho, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este martes al Congreso norteamericano aprobar medidas para la restricción del uso de armas de asalto y reforzar el control sobre el acceso a otros dispositivos de fuego.
Durante unas declaraciones desde la Casa Blanca, el mandatario recalcó que no es necesario esperar ni un minuto ni mucho menos una hora para tomar medidas de sentido común que salvarán vidas en el futuro.
Luego del tiroteo de la víspera en un supermercado de Boulder, Colorado, el presidente demócrata insistió en la necesidad de abordar las lagunas en el sistema de verificación de antecedentes para quienes portan armas de fuego.
Por su parte, el líder de la mayoría en el Senado, Charles Schumer, prometió impulsar acciones que aborden la violencia armada.
El tiroteo de la víspera en Colorado se produce menos de una semana después de que un individuo de 21 años asesinara a ocho personas, varias de origen asiático, al abrir fuego en tres salones de masajes de Atlanta, Georgia.
Ambos hechos avivan ahora el debate sobre la necesidad de una legislación más fuerte para el control de armas en Estados Unidos.
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