La semana pasada la agrupación de Rutte, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD, por sus siglas en neerlandés), fue la más votada en las elecciones generales y obtuvo 34 de los 150 asientos de la Cámara de Representantes, según las últimas actualizaciones.
Por su parte, los Demócratas 66 (D66) alcanzaron unos 24 puestos y quedaron en segunda posición, por lo cual lideran junto al VVD las negociaciones.
Las charlas exploratorias entre las 17 organizaciones que lograron representación parlamentaria son dirigidas por la senadora del VVD Annemarie Jorritsma y la ministra de Interior en funciones y miembro de D66, Kajsa Ollongren.
Dichos diálogos fueron entorpecidos esta jornada por la decisión de Rutte, primer ministro desde 2010, de acudir al extremista JA21 como cuarto integrante de una posible coalición.
El político de 54 años pretende cerrar un pacto con esa formación para llegar a los 76 escaños que constituyen la mayoría en la Cámara Baja y fortalecer la presencia en el Senado de la alianza entre el VVD, los D66 y la Llamada Demócrata Cristiana (CDA), en el poder hasta el momento.
Sin embargo, según el sitio Ducth News, los demócratas manifestaron su incompatibilidad con JA21, creado en 2020 tras divisiones internas del extremista Foro para la Democracia y defensor de una ideología euroescéptica y antiinmigrante.
Por su parte, la CDA dijo no estar segura de sumarse a ‘la maquinaria liberal’, dirigida por Rutte.
Con estos acontecimientos comienzan a cumplirse los pronósticos sobre la complejidad de las negociaciones para formar gobierno, las cuales duraron más de siete meses en 2017.
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