De tal manera opinan ambos mandatarios en un comunicado conjunto, en el cual llaman a capítulo a la Organización de Estados Americanos (OEA) con el trasfondo de la intervención directa de su secretario general, el uruguayo Luis Almagro, para propiciar el golpe de Estado en Bolivia.
Expresan que dichas misiones deben ceñirse a los principios de no intervención, el respeto a la autodeterminación, el diálogo, la negociación, la búsqueda de consensos y la solución pacífica de controversias, considerando prioritaria la construcción de un multilateralismo que favorezca el bienestar de las personas y la dignidad de los pueblos.
Asimismo, coinciden en la necesidad de que la Secretaría General de la OEA se limite a actuar dentro de su propio marco institucional y a abstenerse de intervenir en los asuntos internos de los estados miembros.
México exhorta a la OEA a respetar la voluntad del pueblo boliviano y la democracia y ambos países concuerdan en no tolerar injerencias en asuntos internos de los países.
Reconocen, no obstante, el proceso de investigación que lleva adelante el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes en Bolivia sobre las masacres perpetradas por los golpistas entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2019 en las regiones de Senkata y Sacaba, entre otras represiones violentas.
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