El hallazgo, realizado por un equipo del Centro de Paleontología de Vertebrados de la mencionada institución, develó partes de una tortuga, el pico de dos metros de largo de un pez sierra, un reptil, dientes de tiburón y un pez extinto.
Uno de los huesos de la tortuga constituye el más grande de su tipo encontrado en África.
Para lograr el éxito, los científicos realizaron varias exploraciones en la región que les permitieron estudiar la geografía y la naturaleza del antiguo mar de Tetis.
La investigación arrojó que la zona, en su momento segura y rica en alimentos, favoreció la vida de animales marinos gigantes, predecesores de los dinosaurios, los cocodrilos, las lagartijas y los tiburones.
Abdel Aziz Tantawi, rector de la casa de altos estudios, añadió que el Desierto Occidental de Egipto deviene uno de los tesoros naturales más importantes del mundo.
Las misiones científicas han nutrido de valiosos materiales al museo de historia natural de la provincia de Wady Al Yadid, que permiten comprender mejor la biodiversidad del África de la antigüedad.
En la árida y extensa área geográfica se ubica también Wadi El-Hitan, un cementerio de cetáceos prehistóricos declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2005.
Como resultado de un acelerado cambio climático las aguas del mar de Tetis se retiraron, el viento desgastó los sedimentos y quedaron a la vista más de un millar de esqueletos.
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