Al intervenir en la apertura del nonagésimo segundo año judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, el sumo pontífice se refirió a las iniciativas recién implementadas, y otras que se adoptarán, para asegurar la ‘absoluta transparencia de las actividades institucionales del Estado vaticano’.
Francisco abogó a favor de que esas medidas tengan debidamente en cuenta los parámetros de las ‘buenas prácticas’ corrientes a nivel internacional y sean ejemplares, como impone una realidad como la iglesia católica.
En ese sentido, insistió en que todos los operadores en ese sector, y todos los titulares de cargos institucionales, tengan por tanto una conducta que si bien denote un arrepentimiento efectivo del pasado, en caso necesario, sea también irreprochable y ejemplar para el presente y el futuro.
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