En el tradicional intercambio de obsequios previsto para este tipo de ceremonias, Mujica entregó al sumo pontífice un cuadro dedicado especialmente a él por el pintor, escultor y ceramista cubano Alfredo Sosabravo (Sagua La Grande, 1930), una de las figuras cimeras de las artes plásticas de la nación caribeña.
‘Músicos’ se denomina la obra de intensa vivacidad en la cual el artista recreó una escena ‘del carnaval habanero…lleno de fantasía y color tropical’, como señaló el autor, quien en 2015 expuso aquí, en el Palacio de la Cancillería, al conmemorarse el 80 aniversario de los lazos diplomáticos entre Cuba y la Santa Sede.
Francisco, por su parte, obsequió al embajador una colección de textos con las encíclicas y exhortaciones apostólicas de su pontificado en formato encuadernado.
Además, un ejemplar del libro ‘Soñemos juntos: el camino a un futuro mejor’, el cual recoge sus conversaciones con el vaticanista británico Austen Ivereigh sobre el mundo que emergerá de la crisis de la Covid-19 y la medalla conmemorativa del octavo año de su gestión pontificia.
Mujica, diplomático de carrera de 72 años, es graduado de licenciatura en Historia en la Universidad de La Habana y cuenta con una extensa trayectoria en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país, donde ha ocupado diferentes responsabilidades dentro y fuera de Cuba.
Con anterioridad desempeñó funciones como embajador ante el Reino de Bélgica, el Gran Ducado de Luxemburgo y la Unión Europea (1996-2002); ante el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (2005-2010), y en la República Federal de Alemania (2013-2017).
También ocupó cargos en la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas en Nueva York (1970-1973 y 1990-1993) y en la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos (1977-1986), entre otras actividades realizadas en el servicio exterior cubano.
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