En varios países, sobre todo de Europa, se está ya en la tercera oleada y México, caracterizado por ser el tercero de América más contagiado después de Estados Unidos y Brasil, ha logrado en las últimas cinco o seis semanas epidemiológicas bajar el índice de contagio a 19 por ciento, algo nunca antes visto en un año.
De allí que la estrategia, explica la Secretaría, sea la de acelerar la vacunación para intentar que, si finalmente no se puede atajar una tercera oleada del virus, al menos estén inmunizados los 15 millones de adultos mayores y la mayor cantidad posible de maestros.
El presidente Andrés Manuel López Obrador calcula que si para ese momento están vacunados todos los mexicanos mayores de 60 años, el contagio puede bajar en un 80 por ciento de llegar el nuevo repunte.
Por lo pronto, una de las principales medidas de prevención en vigencia es el cierre de las playas en Semana Santa para evitar las conocidas aglomeraciones, mientras que las autoridades están llamando a algo bastante difícil de lograr en este país: que no haya fiestas.
Hasta la Iglesia católica recordó a los feligreses que la semana mayor no es de fiesta, sino todo lo contrario, de recogimiento espiritual y familiar, y reiteró que, por su parte, el Episcopado mantiene limitados los actos litúrgicos tradicionales de la época.
México reportó en las últimas 24 horas 203 muertes relacionadas con Covid-19 y mil 292 nuevos casos de la enfermedad, cifras no logradas antes.
Ayer lunes se aplicaron 171 mil 787 vacunas anticovid-19, con lo cual suman siete millones 18 mil 449 inmunizaciones aplicadas en el país con los biológicos de AstraZeneca, Pfizer-BioNTech, Sputnik V y SinoVac.
Hoy salieron tres millones de dosis de vacunas contra coronavirus a la Megalópolis (tres estados del valle de México) para concentrar la protección en la zona de mayor densidad poblacional y áreas de riesgo para un posible rebrote, mencionó la secretaría.
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