La muestra, prevista para el primero de abril, presenta los resultados de los estudios del yacimiento de Mutriku, en la comunidad autónoma del País Vasco y en donde los arqueólogos recuperaron los conjuntos paleontológicos más significativos de reno y bisonte de la península.
Destaca en la investigación un cráneo de bisonte estepario, protagonista de los polícromos de ese espacio, ahora expuesto en la sala temporal del museo hasta el 4 de julio venidero.
La selección comienza con el lienzo Todo lo sólido se desvanece en el aire II, creada en 2014 por Jesús Mari Lazkano, una estampa gélida, caracterizada por el paisaje de la cornisa cantábrica durante el último invierno cuando el mar retrocedió 18 kilómetros y descubrió una inmensa estepa.
Según los especialistas Kiputz, situada en el municipio español, es una sima o trampa natural de seis metros de profundidad por la cual cientos de animales cayeron al abismo para permanecer allí durante 20 mil años, hasta su descubrimiento en 2002.
Tras cuatro campañas de excavación en ese escenario natural, los expertos recogieron miles de fragmentos óseos de animales, aproximadamente, 43 ciervos, 23 renos y 18 bisontes esteparios.
La muestra visibiliza también tres esqueletos completos de esas especies y el cierre del recorrido, desde un ambiente oscuro y cavernario, expone un cráneo prácticamente completo de bisonte, perteneciente a un macho adulto de unos 900 kilos de peso.
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