Parte de los esfuerzos se centran en la migración a sistemas de regadíos más modernos en 254 mil hectáreas de tierras cultivables, con un costo total estimado de 18 mil millones de libras egipcias.
‘Alentamos a los agricultores a aceptar la modernización, pues es crucial para el ahorro’ destacó Abdel Ati durante una videoconferencia con su homólogo de Desarrollo Local, Mahmoud Shaarawy.
Los nuevos regadíos aumentarán la productividad de la tierra y la calidad de los cultivos, mientras reducen los costos de la electricidad y los fertilizantes, precisó el funcionario.
Se otorgarán préstamos con facilidades de pago a los campesinos para que compren los equipos requeridos, señaló Shaarawy.
En aras de reducir las pérdidas del líquido vital, los planes conjuntos entre ambas carteras incluyen además la rehabilitación y revestimiento de canales y desagües en todas las gobernaciones.
‘Discutimos programas de apoyo a los pequeños agricultores para remover y retirar desechos sólidos encontrados en las vías fluviales, pero es preciso que los ciudadanos los protejan de la contaminación’ recalcó Abdel Ati.
Egipto necesita unos 110 mil millones de metros cúbicos de agua al año para satisfacer su consumo nacional, pero solo dispone de 80 mil millones, más de la mitad proveniente del río Nilo.
Para suplir la demanda de otros megaproyectos agrícolas en curso, como el Nuevo Delta, el gobierno construye varias plantas de tratamiento de agua, capaces de reutilizar hasta tres veces el valioso recurso y generar seis millones de metros cúbicos al día.
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