Las alegaciones de la fiscal fueron sustentadas en una alocución según la cual Netanyahu exigió y obtuvo beneficios indebidos de los propietarios de los principales medios de comunicación para promover intereses personales y demeritar a sus contrincantes electorales.
Tras la lectura de las acusaciones, el acusado abandonó la sala del tribunal, constituido en la ciudad de Jerusalén, sin escuchar las declaraciones de los testigos del Ministerio Público, incluidas las del director de un sitio de Internet quien afirmó recibir instrucciones de la oficina del jefe del gobierno.
En el pasado tanto el primer ministro, como su esposa, Rita, han sido blanco de acusaciones por despilfarro o apropiación de dineros públicos.
La vista de la reanudación del proceso coincidió con el inicio de consultas del presidente Reuven Rivlin para integrar un gobierno ante la imposibilidad de ninguno de los partidos de reunir la mayoría mínima de 61 diputados en la Knéset, el parlamento unicameral israelí.
El bloque de centroderecha Likud (Consolidación, en hebreo) de Netanyahu logró 20 escaños en los comicios del pasado 23 de marzo, insuficientes para integrar gabinete a pesar de sus alianzas con entidades de diverso signo.
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